TERAPIA DE FAMILIA: RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

Siempre necesitamos que los hijos colaboren en llevar adelante las tareas y los planes del día a día, en la medida en que su edad y sus posibilidades se lo permiten. Quizá en estos tiempos que corren necesitamos esa colaboración más que nunca debido a los ajustes que todos hemos de hacer para continuar con nuestras rutinas y además cumplir con las necesidades sanitarias actuales. Desde terapia de familia, os proponemos un modelo de 6 pasos para lograr esa colaboración en la resolución de problemas que tanto necesitamos y que además promueve la responsabilidad y autonomía en ellos, como personas que cada día crecen en responsabilidades, libertades y capacidades.

Lo más importante es comenzar esta propuesta en un momento de calma, con una actitud interior hacia el acuerdo y el bienestar familiar, si lo hacemos en ese momento en el que estamos enfadados porque no hemos conseguido terminar nada en el día o llegar a tiempo a ningún lado, estaremos más predispuestos a buscar un ajuste de cuentas que una verdadera colaboración (en otro momento hablaremos de alternativas al castigo).

Para esta resolución conjunta, hagámoslo en un momento en el que no tengamos prisa y dediquemos el tiempo suficiente a cada uno de estos 6 pasos:

 1) empecemos por escuchar sus sentimientos, ¿Cómo te sientes ante esta situación? – Llegar del colegio, hacer los deberes y dejar la mochila preparada antes de cenar me hace sentir que estoy todo el día con el colegio a cuestas, no tengo tiempo para descansar y relajarme-.

2) después hablemos de nuestros propios sentimientosNo me gusta tener que prepararte la mochila y tus cosas del colegio a última hora cuando ya estoy cansado-.

3) Entonces,cuando ya está claramente definido el problema y cuáles son los sentimientos involucrados, invite al niño a buscar posibles soluciones juntos hasta encontrar una que sea válida para ambas partes. Apunten todas las opciones en esta lluvia de ideas, sin juzgar ninguna por descabellada que ésta sea.

4) Una vez exploradas unas cuantas opciones, decidan que ideas les gustan, cuáles son inviables y cuáles quieren poner en marcha. Hacerlo en un diálogo, explicando las razonas de la validez o inviabilidad de cada opción, es necesario para que las no opciones queden claras.

5) En este punto ya sólo queda pasar la acción, pero no sin el plan: explicitar el qué se hará, cuándo se hará, y cómo, no dejar cabos sueltos.

6) En este punto la resolución conjunta ya se ha llevado a cabo, pero aún debemos de tener este último punto en cuenta en el caso de que en este momento salgan reproches a relucir – No funcionará porque tú siempre…- No permitir estos reproches provenientes de cualquier parte, ¡estamos haciendo borrón y cuenta nueva!